Protagonista principal en esta levantada deportiva que celebramos todos los almagrenses, Oscar Altamirano logró en la fecha 25° ganarse el cariño y el reconocimiento de toda la tribuna.
Había llegado al Club como una de las principales incorporaciones, con buenos antecedentes y siendo uno de los preferidos del presidente Romeo, quien en comentarios informales previos al comienzo del campeonato contaba sus expectativas con la llegada del jugador.
Los malos rendimientos futbolísticos del equipo que hasta hace poco eran habituales, sumado a la falta de gol y visible mal estado físico, hacían que el 9 fuera el receptor de las mayores críticas.
Con la llegada de Fernando Ruiz poco a poco todo se fue ordenando, y cada uno de los jugadores tuvo la posibilidad de empezar de cero.
Entre ellos Altamirano que aprovechó la oportunidad marcando 5 goles en los últimos 4 partidos, sumando 11 en total, convirtiéndose en el capitán del equipo y logrando irse ovacionado del Tres de Febrero el pasado viernes tras el triunfo con Merlo.
Fue ese el partido en el que "EL GORDO SE LA GANO" al convertir dos goles, destacándose el segundo que llegó sobre el final, y tras un manifiesto esfuerzo físico, sin movimientos armónicos pero con pura potencia, corrió desde la mitad de la cancha, le ganó con fuerza al defensor, se metió en el área y eludió al arquero y mientras parecía que se resbalaba definió mordido, algo tosco, poniéndole el moño a un "jugadón", lleno de emoción, asegurando el triunfo en los últimos segundos del tiempo adicional.
Gritó el gol "a lo bestia", se abrazó con todos, saludó a la platea, se acercó al banco con una sonrisa enorme, con movimientos de niño en un cuerpo enorme festejó extasiado.
Los presentes lo vivaron y luego en las redes sociales los hinchas no se pusieron colorados al pedirle disculpas al reconocer haberlo puteado, ofreciendo su perdón por la "panquequeada".
Bienvenida su resurrección, como la del equipo todo, que invita a ilusionarse, mucho más teniendo en cuenta los antecedentes de Almagro que aseguran que somos amigos de obtener nuestras mayores conquistas tras recuperarnos de nuestras peores crisis.
