lunes, 28 de noviembre de 2016

EMPATE CON GUSTO A DERROTA

Almagro dejó escapar dos puntos importantísimos de local frente a Douglas Haig que a cinco del final remontó un 0-2 empatando un partido que perdía desde el primer minuto.
El Tricolor no pudo sostener la ventaja, se relajó, lo dejo vivo y un equipo que demostró ser uno de los rivales de menor nivel que enfrentamos, hasta ahora nos robo el triunfo que nos ponía en un lugare de expectativa sellando el 2-2 definitivo.


ARTE FOTOGRAFICO LEI RAJTMAN
 Cuesta realmente encontrar las palabra para describir lo vivido esta tarde en el Tres de Febrero.
Y no es justamente porque no sepamos de partidos que pintan para golear y terminamos empatando.
Pero el de hoy en particular tuvo algunos condimentos que lo hacen más dramático,
Almagro saltó a la cancha ganando 1 a 0 ya que al minuto llegó el gol de Scatolaro después de que Reniero "guapeara" una pelota de arriba, lograda dominarla para ingresar al área y servir al Chileno para que abriera el marcador con la facilidad que ofrecería un entrenamiento frente a la quinta de un equipo de la "D".
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Lejos de replegarse el tricolor siguió buscando, presionando arriba, tratando bien la pelota, con una defensa que casi no fue exigida y generando llegadas.
Así fue que a los 32 minutos llegaría el segundo por intermedio de Grahl entrando por la izquierda cuando algunos pedían fuera de juego.
El estadio era una fiesta y floreándose llego el final de la primera etapa.
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En el comienzo del complemento las cosas no cambiaron.
Aunque mientras Almagro esperaba una contra que le permitiera marcar el merecido tercer gol llegó el descuento a través del ingresado Villalba en una jugada muy rápida que parece rebotar en Limosuin.
Carlos Salvador Bilardo sostiene que la peor instancia es estar ganando 2-0 y te descuenten.
El desconcierto del jugador que se siente muy cerca de golear y de golpe debe cambiar los papeles para defender los porotos se hace manifiesto, y esto fue lo que le pasó a Almagro.
De un minuto a otro la pelota quemaba, los despejes volvían rápidamente, los gritos se transformaron en murmullos, y Almagro buscaba evitar lo que parecía inevitable.
Y fue inevitable.
Sebastián Grazzini remató esquinado y la pelota encontró la red a los 84 minutos del segundo tiempo.
Baldazo de agua helada que nos congeló hasta el final del encuentro del que todos nos fuimos mascando bronca.

LEI RAJTMAN
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