martes, 8 de diciembre de 2015

SER ALMAGRO (POR TURE * )


Muchas veces me permití pensar en voz alta sobre lo que significa Ser Almagro. Porque pienso que uno no es  “hincha de” Almagro, sino que  uno “Es” Almagro.

Vos que lees estas líneas Sos Almagro. Usted que ya tiene sus años y le cuesta entrar a internet Es Almagro. La señora que va a la popular Es Almagro. Roberto Es Almagro. Julián Es Almagro. Juan Pablo Es Almagro. Emilio Es Almagro. Romanito Es Almagro.

Somos Almagro. Almagro va con nosotros a todas partes. Al almacén, al laburo, a buscar laburo, a la pizzería. Cada uno de nosotros es una pequeña parte de un todo mágico y misterioso que nos une en el dolor y en las alegrías.

 

SER ALMAGRO: EL LADO TRICOLOR DE LAS COSAS

No soy historiador ni investigador. Soy un hincha más y no tengo otra esperanza que la de contribuir humildemente al registro de ciertos hechos que protagonizaron nuestra historia.

Eso sí, soy un hincha que cree profundamente en la existencia de una Poética Tricolor. Creo que hay una manera Tricolor de ver la vida. Hay un lado Tricolor de las cosas. Un Modo Tricolor para todo.

Almagro nos pone a prueba todo el tiempo. Nos hace crecer, sufrir, aprender, aceptar, soltar, volver a sufrir, volver a tolerar, esperar. Almagro nos templa el alma.

Quizá en el transcurso de estas líneas, en un día tan especial como hoy, logre izar los estandartes de esa Poética Tricolor con la que Almagro siempre nos revela algo de nosotros mismos que nosotros mismos desconocemos.

 

SER ALMAGRO: UN SUEÑO QUE FLORECE

Recuerdo mi emoción al escuchar por la voz del estadio la frase de Leopoldo Marechal “La Patria es un peligro que crece” que yo había convertido caprichosamente en “Almagro es un sueño que florece”, cuando una muy buena gestión de prensa la tomó como eslogan por un tiempo.  Y hasta podía leerse en las gacetillas  “Almagro es un sueño que florece”. La frase de Marechal pertenece a un texto titulado Descubrimiento de la Patria.

Y tal vez sea eso. La patria, la infancia. Acaso “nuestra patria” tenga tres colores. Y quizá nos una la aventura del descubrimiento, la aventura del viaje que nos atraviesa desde La Fundación Mítica de Almagro en 1911 hasta nuestros días. En cada pisada, en cada cambio de frente, en cada gol.    
Y creo también que Almagro es un viaje. Un viaje hacia lo mejor de nosotros mismos. Un viaje hacia el sentido de casi todas las cosas.

 

SER ALMAGRO: NO SE ELIGE

Estoy escribiendo esto y tomando mates. Hace menos de diez horas que Almagro volvió al Nacional B empatando en Morón 1-1. Hace un rato logré ver imágenes del estadio con los hinchas festejando en el campo de juego y en las tribunas. Alguna relación debe haber entre la palabra “tribuna” y “tributo”, homenaje.

Y quiero rendir homenaje a lo que somos de nacimiento, a nuestra marca en el orillo, a nuestra identidad.

Porque Ser Almagro no se elige. Como no se elige ser mellizo o croata. O tener pecas o escribir con la izquierda. Ser Almagro es como haber nacido rosarino, hijo de italianos o con un cachete manchado por un antojo. No se elige Ser Almagro como no se elige nacer mahometano, sefardí ni japonés. No se elige medir casi dos metros, calzar 35, hablar con la “z”, ser esquimal o búfalo en el horóscopo chino.
Entonces, mis amigos, resulta que Ser Almagro es otra cosa, algo diferente y único, difícil de explicar en palabras.
¡Salud Tricolores!
A festejar este ascenso que aún nos espera un largo y trabajoso viaje de regreso a casa.      
Un largo y trabajoso viaje de regreso a Primera División.

Un abrazo para todos y Aguante Almagro Carajo
 
  * Ture es editor del libro Almagro en Parque Chas