sábado, 23 de marzo de 2024

LA ISLA DEL TERROR

A los 20 minutos del complemento, un minuto después de que el local convirtiera el segundo gol, publicábamos en nuestra cuenta de Twitter “Por favor que esto no termine como en Temperley”  a modo de sarcasmo, pero sintiendo que el equipo estaba entrando nuevamente en ese pozo negro, en el que todo se derrumba de manera inexplicable.
Y sucedió…
Pozo negro, derrumbe y goleada.
1-4 en un partido que comenzamos ganando… 
Igualito.
Espantosamente idéntico.


A esta altura del torneo ya podemos afirmar, sin temor a dudas, que Almagro tiene un plantel limitado y, aun recién habiendo disputado 8 fechas, se proyecta como un equipo irregular, más propenso a sufrir que a otra cosa.
Para peor el DT no se hace entender.
Ni en las formaciones, ni en los cambios, ni en los planteos.
Por ejemplo: ¿Era Troncoso el reemplazante de Leal?
Como ese ejemplo hay 10 más, pero dejémoslo para otro momento y vamos al partido.

A los 3 minutos del comienzo Puñet juega para atrás con Champagne.
O el tiro es debil o el arquero se confía mucho, pero la pelota queda tan corta que un jugador de San Telmo la intercepta, elude al arquero y cuando esta por convertir le pega raro, sorprendido por semejante regalo y la pelota besa el palo del arco sin arquero y se va… (Anticipo por izquierda de lo que iba a ser el segundo del local por derecha, no se apure que ya llegamos).
Cuando parecía que nos comían Almagro empezó a jugar y entró en su mejor momento del partido.
Se ordenaron las líneas y, si bien no jugaba lindo, se puso en partido, presionó y se hizo dueño de la pelota… 
Pero duró poco: hasta el gol.

El penal llegó después de 5 minutos de discusiones mientras el Aguilar se reponía de un golpazo en su cara sangrante.
Un cuarto árbitro activo y un juez de línea que no se achicó, le evitaron la vergüenza al árbitro que había cobrado tiro de esquina, cuando lo que había pasado no era penal: ¡Eran 2 penales!
A partir de allí Almagro se replegó cuando recién iba media hora de juego.
Troncoso recibió la orden de bajar y empezó a volantear (¿Era necesario?).
El local encontró espacios y se fue al ataque con todo.
La gente empujaba desde las tribunas, enojados con el cambio de fallo del árbitro en el penal para Almagro, pedían todas las dudosas.
Ahí se ponía a prueba la personalidad del árbitro.
¿Lograría mantener la imparcialidad en una cancha hostil?
No.
Después de haber sacado varias amarillas, entre ellas a Luis Jerez Silva (hoy capitán por la ausencia de Basualdo) sobre el final encontró su auxilio con una mano en el área que le permitió convertirse en Poncio Pilato.
Penal, gol de Telmo y al vestuario.

Segundo tiempo, dos minutos doble amarilla de Jerez Silva y al vestuario el “alma” de Almagro.
A partir de allí todo fue peor.
Cerca de los 20 minutos llegó el nuevo “horror” en defensa.
Silva juega atrás con Mattia y este “la corteja”, sin tocarla, como para que llegue el arquero…
Déjà vu de la primera jugada del partido, esta vez por derecha, esta vez gol.
2-1 y lo peor parecería estar por llegar.
Y llegó.
3-1.
4-1.
Y nos gritaban “Ole, olé…”
Y los cambios resultaban intrascendentes,
Y el partido se escurría.
Y Paparatto guardaba silencio, parado, rascándose cata tanto la barbilla.
El árbitro pidió la pelota, sopló fuerte y nos echó de la isla con tanta pena como preocupación.