jueves, 8 de diciembre de 2016

SUSPENDIDO: QUIROZ RECIBIO UN BALAZO DE GOMA

Resulta muy difícil redactar la crónica de un partido de futbol en el que un jugador es baleado por un policía y debe ser trasladado al hospital, en el que los dirigentes denuncian que hubieron menos policías de los que se contrataron, en el que los organismos de seguridad decidieron que no ingresaran los que luego  entraron e iniciaron incidentes.
Almagro jugo mal y perdió partido que debía ganar si quería ponerse el traje de protagonista, pero eso a esta altura no parece importante.
QUIROZ SEGUNDOS ANTES DE RECIBIR EL BALAZO -FOTOS LEI RAJTMAN


Para tratar de entender lo que pasó esta tarde en el Estadio Tres de Febrero primero hay que separar lo que sucedió dentro de la cancha de lo que afuera.
Dejaremos de lado lo deportivo.
Comenzaremos afirmando que hoy el APREVIDE no dejó ingresar a un grupo de personas que habitualmente lo hacen sin entrada.
De ese grupo, esta vez solo ingresaron los que tenían carnet, por lo que alrededor de 300 hinchas quedaron afuera.
A veces hacer cumplir la ley a rajatabla no tiene los efectos deseados.
Muchos de los que quedaron afuera se marcharon después de que la policía los corriera de la puerta del estadio, pero otros buscaron de todas las maneras la posibilidad de entrar.
Los que los lograron, lo hicieron por accesos no habilitados y al tratar de ser desalojados por la Policía comenzaron los enfrentamientos, con una precipitada represión de los efectivos haciendo uso de gases y balas de goma, según argumentaron intentando disuadir a un grupo que estaba agrediendo a dos efectivos que habían quedado en medio del enfrentamiento en el codo de la popular cercano al golf.
Hacía segundos que Almagro había sacado del medio tras recibir el gol de Atlético Paraná que convirtió Noir de cabeza a los 44 del segundo tiempo, cuando el ruido seco del disparo de posta de goma hizo que el encuentro se detuviera.
A partir de allí el árbitro reunió a los equipos cerca de los bancos, esperando que volviera la paz.
Pero en cambio la violencia aumentó y los hinchas que se sumaron a los incidentes se multiplicaron, entonces llegaron refuerzos de la Infantería y de pronto todo fue un caos incontrolable.
Fue entonces cuando, según cuentan, un efectivo le pidió a Franco Quiroz que interviniera para calmar los ánimos y allí fue cuando sucedió lo inexplicable: mientras dialogaba con los hinchas tratando de persuadirlos recibió un impacto de dos perdigones de posta de goma, teniendo que ser trasladado en ambulancia al Hospital Ramón Carrillo.
Luego hubo detenidos, más disparos en la calle  y acaloradas discusiones entre dirigentes y el personal del APREVIDE, con reclamos sobre la diferencia entre la cantidad de efectivos pagados (100) y los realmente presentes (que apenas llegarían a la mitad).
Una verdadera pena.
Del partido decidimos decir muy poco: básicamente que Almagro jugó mal, que Paraná llegó varias veces de manera clara y que nos salvó el arquero Limousin, que en el gol Noir cabeceó solo y que únicamente por ser hinchas fanáticos se nos ocurre decir irresponsablemente: ¡Que pena que el partido no se suspendió un minuto antes, porque al menos de esta tarde de mierda nos hubiera quedado un punto!