martes, 16 de marzo de 2010

NOS AFANARON

Almagro perdió 1-2 frente a Comunicaciones de local.
Si bien el equipo no jugó bien, lo que se debe destacar es el grosero error arbitral que derivo en graves incidentes dentro del campo de juego, lo que obligo a detener el juego por casi 20 minutos. La jugada que precedió a la "burrada" del referí fue un centro, que Pave descuelga pero no logra contenerla, quedándolé el rebote a un delantero de Comunicaciones que de espaladas al agco pretendía dominar la pelota que venía picando alto.
Fue entoces cuando el arquero, ya fuera del área chica, voló por sobre el jugador, arrebatándole la pelota con sus puños, impactando limpia sobre ella.
Si bien al caer de semejante zambullida existió algun tipo de contacto físico, nunca se entendió como el árbitro se atrevió a cobrar penal.
Realmente increible.
Las quejas se multiplicaron. Los jugadores no paraban de reclamar, la tribuna tampoco.
El penal finalmente se pateó y fue gol.
Entonces comenzaron los incidentes en la zona de los bancos.
Hubo varias peleas mano a mano. Corridas por debajo del "techito" de la platea central.
El DT de "Comu" parado en guardia de box frente a un auxuiliar nuestro, algunos que intentaban separar, el ingreso de la Policía al campo de juego...
En fin, 20 minutos de juego detenido, con imágenes muy pocas veces vistas en nuestro estadio.
Luego el juego se reanudó y se jugo hasta el minuto 68.
Almagro pudo empatar en varias ocasiones, pero no tuvo suerte.
Para colmo, cerca del final, fue expulsado Diego Figueroa que había entrado en el segundo tiempo.
Cuando finalizó, otra vez las corridas, con varios jugadores fuera de sí, y otros intentando calmarlos.
Sólo gracias a la presencia policial dentro del campo de juego pudo separarse a los jugadores.
Los de Comunicaciones se entraron corriendo al vestuario.
Al pobre arquerito Pave se lo tuvieron que llevar entre cuatro.
En la zona de vestuarios volvieron a haber corridas y empujones.
El árbitro Gabriel Guillaume no podía salir ya que desde la platea lo esperaban un centenar de hichas que se lo querían "comer".
Escoltado con escudos de cuatro agentes de la Infantería de la Policia Bonaerense, finalmente pudo abandonar el campo de juego por una puerta lateral que habitualmente utilizan los reporteros gráficos.
Al finalizar de escribir estas líneas, Guillaume se encontraba todavía sin poder abandonar el estadio.