Con un golazo de a los 18 minutos del segundo tiempo Almagro dió el golpe y venció a Quilmes por 1 a 0. El equipo se mostró sólido en defensa, le jugó de igual a igual y por momentos superó a un rival que estaba en los primeros puestos de la tabla. Un triunfo muy importante que impulsa a Almagro para tratar de tomar distancia de los equipos que están en los últimos puestos de la tabla.
El zurdazo fue una pincelada, propia de un artista que de la nada genera una obra de arte que cambia la realidad. Eso hizo hoy Dornell a los 18 minutos del segundo tiempo y dejó callado a todo el Estadio Centenario, que desde temprano se disponía a enfrentar a un rival que venía mal, con vistas a acercarse a la punta del campeonato. No sucedió.
Es imposible eludir esa jugada en el comienzo de esta crónica porque como dicen los relatores “fue un gol de otro partido” aunque los de Almagro sabemos que Tiziano es capaz de hacer esto que hizo hoy, demostrar su jerarquía y hacer un gol de tres puntos.
Antes de el gol hubo un partido muy disputado, típico de esta categoría mezquina que aveces hace doler los ojos. Quilmes era el favorito, arrancó jugando más suelto, con pelotazos cruzados y combinaciones en velocidad. Almagro en cambio parecía esforzarse en mantener el orden, la defensa soportaba con disciplina los embates del local y el mediocampo se mostraba sólido con Castro Ponce y el negro “Jerez Silva” que hoy la rompió.
Ojo que no estamos diciendo que el tricolor fue otro. No. Fue el mismo equipo que venimos viendo, con muchas falencias que deberá corregir. Pero en la cancha se vio una vocación por no perder el orden y, más allá de una jugada del primer tiempo en el que quedó mal parado y Emi se vistió de héroe al quedarse con la pelota en un mano a mano que tenia destino de gol, algo pareció cambiar.
Luego de un primer tiempo en el que Quilmes buscó más, en el complemento Almagro logró emparejar el trámite del encuentro y se animó a ir a buscar el partido. A los 18 minutos del segundo tiempo Dornell hizo magia a 25 metros del arco, clavó un zurdazo el el ángulo perforándole al arco a Glellel y cambiando definitivamente el rumbo del partido.
Quilmes sintió el golpe y no logró recuperarse, el aliento pasó a ser murmullo y la búsqueda del empate lo mostró torpe chocando con sus propias limitaciones.
Ocho, si 7 más 1, de adicional (nunca para nosostros) no alcanzaron para que Almagro se asegurara el triunfo que le permite a Cordon trabajar la próxima semana con un plus, ideal para este momento.
Esta crónica termina aquí para poder tomar esa cerveza fresca de este sábado a la noche que nos invita a soñar.